sábado, 7 de diciembre de 2013

Entrenamiento al cuadrado para ultradistancia

Acabo de llegar de correr y a pesar de que ha sido un entrenamiento muy corto de series creo que el entrenamiento ha valido por cuatro. Me explico:

Como supongo que todos los que os hayáis iniciado en el mundo de la ultradistancia sabréis, no es solo cuestión de piernas, de hecho me atrevería a decir que es un 40 % piernas y un 60 % mente (para los que no compiten profesionalmente claro está). ¿A qué viene esto? Pues viene a raíz de la importancia que tiene entrenar la mente. 

El entrenamiento de hoy pintaba como un entrenamiento corto de velocidad en el que sufres un poco pero enseguida estás en casa, pero no ha sido así. En estos 25 minutos que he podido compartir conmigo mismo he disfrutado mucho. Durante el calentamiento mi mente me ha ido llevando a un terreno de profunda tristeza, en el que me he planteado que pasará cuando falten personas realmente importantes para mi, ¿cómo será ese momento en el que ya no estén para compartir mi vida con ellos?. Al poco tiempo he notado como las lágrimas me humedecían la cara mientras oía el beep del móvil indicándome el inicio de la primera serie y me he lanzado a volar sobre mis piernas. No ha sido hasta el momento en que he acabado la serie que me he dado cuenta de lo que estaba pasando, del poder de la mente y de que cada lágrima que me corría por la cara estaba borrando todo mi yo físico. He sentido que flotaba sobre las piernas pero no he acusado el esfuerzo en ningún caso. Al acabar la serie es como si hubiese vuelto a la realidad, y he hecho un esfuerzo para liberarme del secuestro emocional que sufría instantes atrás. A partir de entonces el entrenamiento ha transcurrido en un segundo plano a mi reflexión acerca de lo que me había pasado y como lo había sentido. Cuando he llegado a casa me he dado cuenta que algunas series las había hecho a 2:38 min/km, cosa impensable en un estado de concentración máxima en el entrenamiento.

En una carrera de larga distancia, en la que pasas muchas horas con tu cuerpo y tu mente en constante batalla tienes que tener vías de escape para que tu mente no te hunda, para que nunca se llegue a preguntar, ¿qué hago aquí haciendo esto?. Durante el transcurso de una carrera de ultradistancia o incluso de un entrenamiento largo, pasas por muchas fases y muchos estado emocionales que pueden absorberte totalmente. Pienso que es fundamental que sepamos salir de aquellos estados emocionales no favorables que nos pueden inducir al abandono, así como saber entrar en estados de semiinconsciencia que permiten olvidarnos de nuestro cuerpo, de nuestro entorno y flotar en un mundo paralelo mientras devoramos km tras km.

No se porqué hoy mi mente me ha llevado a ese estado que tanto me ha dado que pensar, pero si que es cierto que creo que me conozco un poco mejor y me domino un poco mejor después de este entrenamiento. Al fin y al cabo correr sin objetivo o sin aprender nada nuevo no tiene sentido alguno. 

Así que si entrenar me sirve para conocerme de otro modo, encantado de haberme conocido, espero que podamos pensar y sentir juntos muchos días más.

Salud y kilómetros!